Existió un niño prematuro al que la neonatología le debe un
impulso en sus inicios. Él fue Patrick Bouvier Kennedy, el último hijo de
Jacqueline Bouvier y del famoso presidente de los Estados Unidos John F.
Kennedy. Éste prematuro tuvo dos efectos importantes en su cortísima vida:
aceleró el conocimiento de la fisiopatología de la membrana hialina en busca de
un tratamiento y acercó la vida de sus padres en los últimos meses en los que
estarían juntos.
Jacqueline, había tenido antecedentes de problemas durante sus embarazos. Sufrió un aborto
en 1955 y volvió a quedar embarazada un año más tarde. Aquella niña iba a
llamarse Arabella Kennedy, pero nació muerta, una tragedia que el político
demócrata no se enteró sino, hasta tres días después.
Al año siguiente
vendría el nacimiento de Caroline
Kennedy y tres años más tarde del legendario John John, llamado a
preservar la dinastía política antes de que su avioneta se estrellara durante
el verano de 1.999 con su esposa y su cuñada a bordo.
El 7 de agosto de
1963, nacía el pequeño Patrick prematuramente a las 33 semanas de edad
gestacional con un peso de 2.100 gramos en un Hospital de la Fuerza Aérea. Al
desarrollar casi inmediatamente dificultad para respirar, fue trasladado al
Hospital de niños de Boston, donde fue diagnosticado de “enfermedad de membrana
hialina”. Hacía aproximadamente 3 años
que la doctora Mary Ellen Avery, había mencionado que la enfermedad tenía como
base la carencia de surfactante para mantener la tensión superficial del
alvéolo. Hasta ese momento el tratamiento convencional era el conocido método
de Usher, nombre atribuido en honor al doctor Robert Usher de Montreal que
reportó la mejoría espontánea en algunos pacientes con el uso de glucosa y
bicarbonato intravenoso.
A
más de lo descrito, el paciente fue sometido a tratamiento en cámara
hiperbárica. Pero, nada de eso fue efectivo.
El historiador Thurston Clarke relata en "JFK's Last Hundred Days, The transformation of a Man and the emergence of
a great president (Los últimos cien días de JFK, la transformación de un nombre
y el nacimiento de un gran presidente)", que al mandatario lo despertaron el día 9 de
agosto a las dos de la madrugada. Ya en el hospital, en su camino a ver a
Patrick, le llamó la atención las quemaduras de otro bebé, se tomó el tiempo
suficiente para detenerse a escribirle una nota a su madre: "Mantenga su
valor. John F. Kennedy".
Patrick, a las 04h13
de esa madrugada fue declarado muerto
ante los ojos de su padre. Según Clarke, destrozado por dentro pero manteniendo
la compostura durante algunos minutos JFK dijo: "Presentó una gran batalla”.
Después se retiró a una sala para llorar
de forma desconsolada durante 10 minutos. A partir de ese momento a John y Jacqueline se los veía agarrados de la mano cuando nunca
se habían esforzado en mostrar afecto en público antes. Más bien todo lo
contrario, siempre se mostraban recatados y distantes. Así fue como
decidieron pasar juntos y unidos esos últimos meses de casados, antes de que la
tragedia volviera a golpear su historia. El viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas JFK caía asesinado a
manos de Lee Harvey Oswald.
En cuanto al conocimiento de la enfermedad, la muerte de Patrick Bouvier Kennedy inspiró
la investigación agresiva sobre la causa y el tratamiento del ahora conocido
síndrome de dificultad respiratoria (SDR) y sirvió como un catalizador en el
desarrollo de los cuidados intensivos neonatales regionalizados. Los esfuerzos
de investigación condujeron al primer informe en 1.980 de la terapia de
reemplazo de surfactante exógeno para tratar el SDR y culminó con la aprobación
por parte de la US Food and Drug Administration (FDA) en 1990 de la primera
droga con surfactante exógeno (Exosurf). Las aplicaciones del surfactante y el
SDR siguen siendo un área de investigación activa, con la publicación de un
número considerable de artículos desde entonces, incluyendo ensayos controlados
aleatorios clínicos y varios metanálisis. Todos los esfuerzos y aportes de la familia
Kennedy utilizados para conocer esta enfermedad, y la misma pérdida de Patrick, se vieron
opacados por el asesinato de su padre.

Al mismo tiempo, creció el conocimiento
sobre la aplicación del uso de cortocoesteroides en la maduración pulmonar
fetal y su aplicación en el nacimiento prematuro. El logotipo de la Colaboración
Cochrane ilustra un metaanálisis realizado a partir
de los datos de siete ensayos clínicos controlados y
aleatorizados que evalúan el efecto de la administración de un curso de tratamiento
corto y barato con corticoesteroides en mujeres
gestantes con amenaza de parto prematuro. El
primero de estos ensayos se publicó en el año 1972. El diagrama resume la
evidencia puesta de manifiesto al revisar sistemáticamente todos los ensayos
existentes sobre esta misma cuestión, una década más tarde. Cada línea
horizontal representa el resultado de un ensayo mientras que el rombo
representa sus resultados combinados. Los resultados del metaanálisis indican
que los corticoesteroides reducen entre 30 y 50% la probabilidad de morir de
los recién nacidos a causa de las complicaciones derivadas de la inmadurez
fetal.
El pequeño Patrick, su hermana Arabella y su padre John, yacen juntos desde el 05
de diciembre de 1963 en el cementerio nacional de Arlington, Virginia Estados
Unidos. En 1994, se les unió su madre, Jacqueline.
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